LA
FECHA DEL “NACIMIENTO” DEL GUERRERO DEL ANTIFAZ.
Una de las principales
dificultades con que se encuentra el coleccionista de tebeos clásicos españoles
a la hora de datar los cuadernillos para poder catalogarlos, es la falta de
información que proporcionaban las editoriales al público. En escasas ocasiones
se indicaba la fecha de edición, sobre todo en el periodo comprendido entre el
final de la Guerra Civil y mediados de los cuarenta, en que el papel era escaso
y las licencias para publicar, muy restringidas, hasta el punto que tan sólo
las publicaciones infantiles más adoctrinadoras y apegadas al Régimen, tenían
permiso para editar publicaciones periódicas. El resto de editoriales que
intentaban abrirse paso, tenían la obligación de solicitar autorización para
cada ejemplar que tuviesen intención de publicar y de manera unitaria.
En el caso de la
colección que nos ocupa, también se recurrió al ya comentado y socorrido recurso de solicitar
aprobación para el título del episodio de cada cuadernillo. En la portada y con
caracteres más pequeños figuraría el nombre del héroe; “con El Guerrero de
Antifaz”. Con esta argucia se lograba eludir la falta de permisos para editar una
publicación periódica aunque en realidad, sí lo fuera. La excepción se solía
dar, en ésta y en la mayoría de las colecciones, en el primer episodio, cuyo
título hacía siempre alusión al protagonista. Por tal razón, el título de este primer
cuaderno no es otro que “El Guerrero del Antifaz”.
Hemos conseguido
localizar en las dependencias del Archivo General del Estado de Alcalá de
Henares, el expediente correspondiente al citado primer cuadernillo de la serie.
La solicitud de autorización se refiere
concretamente a este ejemplar, no a una supuesta serie regular, como acabamos
de explicar. Con el tiempo. “El Guerrero del Antifaz” llegaría a convertirse en una de las
colecciones más emblemáticas del tebeo de posguerra.
Os presentamos pues, un
documento histórico, el expediente de censura de la primera historieta de El Guerrero del Antifaz, cuya solicitud
de permiso fue presentada el 25 de
septiembre de 1944 para proceder a su aprobación por la Delegación Nacional de
Propaganda. El “lector” encargado de analizar el ejemplar y darle el visto
bueno firmó su dictamen dos días más tarde, el 27 de septiembre de 1944. En su informe responde a las preguntas fijas
que aparecen en todas las fichas de censura. “¿Ataca al Dogma o a la Moral? No. ¿A las instituciones del Régimen?
No. ¿Tiene valor literario o documental? Nulo. Razones circunstanciales que
aconsejan una u otra decisión: Nada censurable”. El visado se firmó y selló
un día después de la valoración del “lector”, el 28 de septiembre de 1944.
Una vez recibido el
visado, la Editorial Valenciana procedió a publicar el famoso cuadernillo y posteriormente
enviar los preceptivos 5 ejemplares al organismo para su comprobación, a los
cuales se les dio fecha de entrada de 15
de noviembre de 1944.
Como consecuencia de lo anteriormente expuesto, se deduce
que la citada historieta fue publicada en el intervalo comprendido entre el 28
de septiembre de 1944 (fecha en que se firmó y selló la autorización) y el 15
de noviembre, en que llegaron al Ministerio los 5 ejemplares entregados.
En una entrevista realizada a Manuel Puerto, dueño de la
Editorial Valenciana, en mayo de 1972, con motivo de la entonces reciente reaparición
del Guerrero en los quioscos en formato vertical y a color, éste se manifestó en
los siguientes términos: “la aparición de esta revista en el
mercado fue el 24 de Octubre de 1944”
(1).
La fecha aportada por
Manuel Puerto es perfectamente compatible con el expediente de censura
analizado. Por si fuera poco, en 1981, en el primer tomo de la serie “Homenaje a Manuel Gago”, quien fuera
director artístico de la Editorial Valenciana, José Soriano Izquierdo, apuntó
exactamente el mismo dato: “La referida
serie empezó a publicarse el 24 de
octubre de 1944”.
Las dos personas más
importantes del equipo directivo de la editorial coincidieron en citar la misma
fecha en diferentes momentos. ¿Qué motivos podría haber para dudar de la misma?
Hay quien apunta
que en primera instancia el tebeo pudo haberse publicado con anterioridad a la
citada fecha del expediente, con una distribución de ámbito regional y más
tarde, hacerlo en toda España. Me atrevería a asegurar que esa posibilidad es
prácticamente imposible. El Profesor Titular de Derecho Constitucional de la
Universidad de Oviedo Ignacio Fernández
Sarrasola en el artículo EL RÉGIMEN JURÍDICO DE LA HISTORIETA EN LA
ESPAÑA FRANQUISTA (1938-1949) (2) dice
textualmente “La publicación de
cualquier obra sin los requisitos formales exigidos por la ley –incluida la no presentación
de ejemplares para su censura previa– entrañaba su calificación como “impreso
clandestino”, penado con arresto
mayor (art. 165)”. Resultaría muy extraño pensar que una incipiente
editorial que luchaba en aquellos duros momentos por abrirse camino y por
aumentar el cupo de sus producciones, tuviese la osadía de publicar sin
autorización previa, aunque sólo fuese a distribuirse en Valencia. Por tal
razón, me inclino por descartar tal posibilidad.
Lo que sí parece
evidente es que los dos primeros cuadernillos fueron dibujados con bastante
antelación con respecto a los posteriores. La evolución en el trazo de Gago es manifiesta,
logrando a pasos agigantados aumentar la calidad de su obra a partir del tercer
ejemplar. Pudiera haber ocurrido que estos trabajos hubiesen estado almacenados
durante un tiempo en la editorial antes de decidirse a publicarlos, como así
apunta Marisa Gago Quesada, hija del
autor, quien me manifestó: “Mi madre nos contaba que mi padre viajó a Valencia
y entregó allí el trabajo del Guerrero del Antifaz, probablemente los dos
primeros cuadernos, pero a la editorial parecía que no le interesaron mucho,
puesto que tardaron dos años en publicarlos”.
La gestación del
personaje, geográficamente hablando, tuvo lugar en Albacete, donde todavía
vivía la familia Gago en 1944. Según Isabel Montejano “Mi hermano y yo fuimos
muchas tardes testigos del nacimiento de la creación del Guerrero del Antifaz.
Recuerdo que trabajaba a plumilla sobre una mesa de trabajo ancha. Pasados
algunos años supe que estaba en Valencia…” (3).
COLECCIONES PARALELAS.
El
Guerrero del Antifaz número 1 y Roberto Alcázar número 58. Fecha de publicación de ambos:
octubre de 1944
Pongamos ahora
la mirada en otra colección, también de la Editorial Valenciana, que compitió
en popularidad y ventas con el Guerrero. Se trata de “Roberto Alcázar y
Pedrín”, cuyo análisis utilizaremos para establecer paralelismos entre ambas
que nos servirán para intentar hacer más sólida la hipótesis que estamos
tratando de demostrar, que no es otra que el Guerrero del Antifaz “nació” el 24
de octubre de 1944.
En la ficha de
censura del primer ejemplar de Roberto Alcázar (4) figura asimismo, la fecha en
que fue autorizada dicha obra, el 23 de enero de 1941. Anteriormente al día
indicado, y por los mismos motivos que los anteriormente expuestos para el caso
del Guerrero, no es nada probable que se
publicara la colección.
Partiendo de la
citada fecha, José María Baena Liberato, verdadero especialista de la serie de
Roberto Alcázar, consigue fechar la totalidad de la colección (5) estableciendo
que durante los primeros años fue aperiódico, luego mensual y más tarde
quincenal. Siguiendo esa premisa, ubica al número 58 “El gran rata” en octubre
de 1944.
El
Guerrero del Antifaz número 15 y Roberto Alcázar número 72. Los últimos en cuya
contraportada se indica la calle Triador.
Otra información
que nos parece interesante comprobar, es conocer en qué momento la
contraportada de los tebeos reflejó el cambio de dirección de la Editorial
Valenciana cuando trasladó sus dependencias de la calle Triador a la calle
Calixto III, 23. El último ejemplar de primera edición del Guerrero del Antifaz
que refleja en su contraportada la primera dirección (calle Triador) es el 15.
El último de Roberto Alcázar es el 72 (6). La lógica indica que fueron
coetáneos ambos tebeos. Hay una diferencia de 57 meses entre ambos. Este dato
es perfectamente compatible con el de la comparación anterior. Sigue habiendo
una diferencia de numeración entre las colecciones de Roberto Alcázar y el
Guerrero idéntica, 57 de diferencia.
El sobre que
contenía la portada original del 72 de Roberto Alcázar “Los hurones de
Guapango” (7) y que se conserva tal y como se entregó en su día en la Editorial
Valenciana, marca la fecha de 23 de
noviembre de 1945. Desde aquel día hasta que se publicó (teniendo que pasar
por el trámite ineludible de la censura) tuvieron que pasar algunas semanas.
Así que probablemente saldría a la venta
en diciembre 1945. Ya hemos comentado que ese ejemplar fue coetáneo del
número 15 de El Guerrero del Antifaz. Suponiendo que la colección tuvo una
cadencia de salida mensual en su primera época, encajaría perfectamente con la
fecha de salida del número 1 de la colección, que, como hemos comentado, se produjo
el 24 de octubre de 1944, ya que habrían transcurrido precisamente, 15 meses.
CAMBIO DE PRECIO.
Últimos
ejemplares que costaron 75 céntimos. El 25 del Guerrero del Antifaz y el 81
de Roberto Alcázar.
El último
ejemplar del Guerrero que costó 75 céntimos antes de la subida a una peseta fue
el 25, y el último de Roberto Alcázar el 81. Ahora son 56 ejemplares de diferencias entre una y otra
colección. No se produce un cambio significativo en la diferencia entre las dos
series. Se mantiene una distancia casi idéntica.
CAMBIO DE NÚMERO DE PÁGINAS.
Primeros
ejemplares que vieron reducido a 10 las páginas de historieta (55 y 108
respectivamente).
Ambas series
marcharon en paralelo durante largos años. Las dos colecciones mostraban un
formato similar, con unas medidas de 17 x 24 cms. y el mismo número de páginas;
16 de historieta más las cubiertas. Es de suponer que cualquier cambio que se
produjera de precio o formato les afectaría por igual y al mismo tiempo. Al
llegar al número 55 del Guerrero, la editorial tomó la decisión de reducir el
número de páginas de historieta en cada ejemplar, de 16 a 10. Esa misma
circunstancia sucedió en el número 108 de Roberto Alcázar. Comprobamos que la
distancia se ha reducido ahora un poco; ahora es de 53 ejemplares.
Las únicas
fechas que están plenamente documentadas son las del primer ejemplar de cada
colección, debido a sendos expedientes de censura encontrados en la
Administración General del Estado y la del 72 de Roberto Alcázar, como acabamos
de ver. La distancia numérica entre ambas series se mantuvo prácticamente
constante durante los primeros años; cincuenta y tantos ejemplares, alguno
arriba o alguno abajo. El conocimiento de esa distancia nos sirve para datar
con mayor precisión ambas colecciones.
Si todo parece
tan claro, ¿entonces por qué en todos los grandes catálogos (“La Historieta y su uso” de Jesús
Cuadrado o “El Gran Catálogo de la
Historieta” de la ACT) otorgan al Guerrero del Antifaz la fecha de
nacimiento de 1943? El establecimiento de esa fecha proviene de un estudio de Francisco
Tadeo Juan, quien formuló por primera vez dicha hipótesis (8) basándose en que la contraportada del primer ejemplar del
Guerrero, además de mostrar una serie de títulos que la editorial tenía en
stock, aparecían también listados los almanaques de Julio y Ricardo y de
Roberto Alcázar para 1944 (los cuales es de suponer que se publicaran en
diciembre de 1943). Dicho dato hizo deducir a Tadeo que el primer ejemplar del
Guerrero pudo haber aparecido también en dicha fecha, diciembre de 1943.
En descargo de Tadeo
hay que decir que este investigador desconocía por entonces la existencia del
expediente de censura que acabamos de aportar, que imposibilita que ese primer
ejemplar del Guerrero apareciese un año antes de su autorización por el organismo
pertinente.
Si nos detenemos
a observar el listado de ejemplares de Roberto Alcázar de la contraportada del
cuadernillo que dio inicio a la colección, comprobaremos que sólo salen
listados 41 títulos de la serie. Sin embargo, hemos demostrado que siempre hubo
una diferencia de “cincuenta y tantos” entre ambas. Nunca hubo una distancia
tan exigua entre las dos colecciones como parece indicar la indicada
contraportada.
Ese mismo
listado (el de 41 episodios de Roberto Alcázar), sin variar absolutamente en
ningún título, se repite en las contraportadas de los números 2, 3, 4, 5 y 6
del Guerrero del Antifaz (9). ¿Acaso durante estos seis meses no se publicó un
solo tebeo de esa colección ni de Julio y Ricardo? Ante tal evidencia, podemos
llegar incluso a pensar que colocaran esa contraportada de manera arbitraria,
como podrían haber utilizado cualquiera otra.
Contraportada del nº15 de El Guerrero del Antifaz.
Contraportada del nº25 de El Guerrero del Antifaz.
Contraportada del nº55 de El Guerrero del Antifaz.
Contraportada del nº58 de Roberto Alcázar.
En las
contraportadas de los números 7 y 8, no hay referencias a Roberto Alcázar. En
la del número 9 del Guerrero, el último número de Roberto Alcázar que aparece
listado es el 66 (57 de diferencia) Aquí vuelve a concordar perfectamente este
dato con lo expuesto hasta ahora. En el 11 es el 72 (62 de diferencia). En el
12, el 51 (49 de diferencia). En el 13 otra vez el 51 (48 de diferencia). En el
14 el 66 de nuevo (52 de diferencia). En el 15 el último Roberto listado es el
66 (51 de diferencia).
Se aprecian unos
saltos con muy poca lógica en estos listados, para detrás y para adelante. Esta
circunstancia los convierte en poco fiables. No es posible utilizarlos al pie
de la letra para convertirlos en ninguna referencia precisa. Y desde luego, las
seis primeras contraportadas son para mí las menos validas, puesto que si
hicieran referencia a la realidad de la producción editorial, estarían
indicando que durante seis meses (o más) no se publicó un solo tebeo de ninguna
colección.
CONCLUSIÓN
El lector de
este artículo tiene la oportunidad de colocar en un lado de la balanza la anterior
hipótesis (basada en la contraportada del primer ejemplar) frente a las pruebas
aquí expuestas (el expediente de censura y el paralelismo de las colecciones
del propio Guerrero del Antifaz y de Roberto Alcázar; paso de Triador a Calixto
III, subida a una peseta, disminución a diez páginas y por último la fecha del
sobre original de la portada del 72 de Roberto Alcázar) y una vez sopesada la
solidez de cada aportación, decidir qué teoría le parece más acertada. A mi
juicio, ha quedado suficientemente demostrado, que El Guerrero del Antifaz
apareció en los quioscos por primera vez el 24 de octubre de 1944.
Antonio
Domingo Gómez Rodríguez.
(1) Revista
BANG 32/33. Mayo/junio 1972
(2) Revista
de estudios sobre la historieta: “HISTORIETAS” - número 3 - 2013 |ISSN:
2174-4084|
(3) Diario
ABC. Cartas al director. “El Guerrero del Antifaz nació en Albacete”. 10 de
enero de 1981.
(4) Tebeos
mutilados. Vicent Sanchis. Ediciones B. 2010.
(6)
Todas las
portadas de Roberto Alcázar escaneadas por Paco Baena.
(7)
Aportación a
este estudio y escaneado del sobre y contraportada original de Roberto Alcázar
72 realizada por Diego Cantero Martínez.
(8)
Diario de
Avisos. Comicguía. Francisco Tadeo Juan.
(9)
La
información de las 15 contraportadas del Guerrero del Antifaz y escaneados de
las portadas, aportadas por Diego Cantero Martínez.