domingo, 24 de febrero de 2013

Reseña de "Entre vidas", segunda parte de la trilogía "Maga, el final del tiempo".


"Entre vidas", obra de Manuel Gago Quesada.

“Entre vidas” es el título de la segunda parte de la trilogía “Maga, el final del tiempo”. Este ejemplar abarca el periodo comprendido entre 1960 y 1980 y nos narra como se va desarrollando la vida a lo largo de los años para los distintos componentes de la familia Lafuente tras la desgracia acaecida al final del primer libro.
En esta ocasión, mi abordaje de la lectura de este segundo tomo no ha venido lastrada por querer pensar que Luís Lafuente fuera el mismísimo Manuel Gago. Ya tenía claro que se trataba de otro personaje distinto (a pesar de las coincidencias y similitudes entre la vida del personaje real y el ficticio). Por tanto, mi predisposición como lector ha sido distinta.

Como decía anteriormente, se nos narran de forma paralela los avatares vitales de los dos hermanos y de la madre de ambos. Cada uno de ellos asume una suerte dispar en la vida. La maldición producida sobre la familia del dibujante por el malvado editor Nicasio Paganones tiene continuidad en el sádico, inmoral y falto de principios Juan Paganones, hijo del anterior. La familia Lafuente y más concretamente Amparo Lafuente, sufrirá las desgracias provocadas por tan vil personaje.

El hijo del dibujante Luís Lafuente, al igual que el hijo de Manuel Gago en la vida real, terminaría ejerciendo como profesor de E.G.B. teniendo también en común el haber sido promotor de los cromos de la editorial Maga y haber querido también continuar dibujando la saga de tebeos desarrollada por su padre (el Halcón Justiciero en el caso de Luís Lafuente y El Guerrero del Antifaz en el caso de Manuel Gago). También tienen en común el llamarse con el mismo nombre que sus respectivos padres.


Manuel Gago en un aparcamiento junto a su coche. Esta es la imagen que pasó por mi mente al leer el fragmento en el que aparece.

Manuel Gago, el personaje real, realiza un cameo, una breve aparición en este libro. Se encuentra con Luis Lafuente en la calle en un aparcamiento, quien lo aborda emocionado por encontrarse con uno de sus ídolos. Manuel Gago durante el transcurso de la conversación informa a Luís de una plaza vacante como promotor de ventas en la editorial Maga y éste decide darle un cambio de rumbo a su vida consiguiendo dicho trabajo.

En este tomo empiezan a encajar algunas de las piezas que en el primer volumen habían sido adelantadas mediante el recurso de los saltos temporales y que ahora cobran pleno sentido. En este segundo libro, a diferencia del primero, la narración se muestra de forma lineal, sin saltos temporales ni hacia el pasado ni hacia el futuro. Tampoco aparecen elementos esotéricos salvo de forma anecdótica. Eso sí, quedan un par de cabos sueltos que me imagino que tendrán resolución en el tercer libro, el cual ya he comenzado a leer.

Esta obra me está resultando muy entretenida y, sin duda, estoy disfrutando leyéndola.



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