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viernes, 24 de diciembre de 2010

¿Alguien puede prestarme 6.000 euros?


...y es que este año tampoco me ha tocado la lotería.


EL LIBERTADOR de Manuel Gago. (Haced clic en el enlace).




viernes, 19 de marzo de 2010

Originales del Guerrero del Antifaz




Dejando aparte la broma del original de Ibañez del anterior post, hoy tenemos originales "pata negra" de verdad, ni más ni menos que originales del Guerrero del Antifaz por Manuel Gago de 2 cromos de la colección editada en 1979, y la verdad es me gustan mucho más que los cromos que se derivaron de ellos. Podemos apreciar a Manuel Gago en su estado puro, con un experto trazo que esboza lo que pudiera haber sido y adónde podría haber llegado este autor de haber contado en su vida profesional de unas condiciones más idóneas para desarrolar su arte.

Es la primera ocasión en que tengo la oportunidad de visualizar un original del Guerrero del Antifaz, aunque no de la colección original, ya que están actualmente "desaparecidos".
Para obtener  información sobre el álbum al que pertenecen las imágenes hacec clic debajo de la imagen de la portada.



Las imágenes de los originales son cortesía de Teresa Gago Quesada.

martes, 5 de enero de 2010

Los originales de Gonzalo Torres

Con el permiso de nuestro amigo coleccionista Gonzalo Torres, mostramos aquí parte de su colección de originales, los pertenecientes a manuel Gago, como no podía ser de otra manera. Debajo de cada ilustración he dejado los comentarios que el propio Gonzalo Torres hace sobre cada una de las piezas expuestas.

Indicaciones de color de la portada. Vienen, a diferencia de otros originales de Manuel Gago, en una hoja de papel vegetal aparte.


Original de la portada del nº 4 de la serie El Hijo de la Jungla, titulado El Plan de Konha. Esta serie la dibujaron el valenciano Alfonso Sanchís Castelló (Serchio) y Manuel Gago, con los guiones de Pablo Gago. La publicó Editorial Valenciana, S.A. y tuvo 86 números en el clásico formato apaisado. Me gusta mucho, es el original que más me gusta de Gago, y a el también debio de gustarle pues firmó sus portadas. Es el típico caso donde la foto que subo no alcanza ni de lejos en belleza al original.


Fotografía de la publicación para compararla con el original en tinta y china y las indicaciones de color.


Portada del nº 8 de la serie Mi Tío y Yo, titulado La muchacha del bosque. De esta serie se publicaron 49 números, con una periodicidad semanal. EL formado no era distinto al habitual, este no era apaisado horizontal sino vertical tipo comic-book. La editorial era la de el maestro Manuel Gago (guionista, su hermano Pablo): Maga. En el reverso, como en casi todas sus portadas, vienen las indicaciones de color y, como en casi todos los tebeos de época el sello de la censura.
 Publicación para comparativa donde se aprecia que el original fue suplementado con la cabecera de la serie.


Original correspondiente al nº 59 de la serie El Aguilucho, publicado por la Editorial Maga en 1959. Hay una cosa curiosa, y es que el precio va dibujado por el autor en el original.


Esta foto corresponde a la publicación y se puede comprobar que el original recibiría un montaje posterior en los laterales, el mismo que homogeniza a la serie.


En el enlace puedes acceder a la página web donde pueden verse estas y otras fotos de originales del coleccionista Gonzalo Torres.





 

domingo, 8 de noviembre de 2009

Originales de Manuel Gago en "Viñetas"

Imagen extraída del blog "Viñetas"

A los seguidores y estudiosos de la obra de Manuel Gago ruego encarecidamente visitar el blog "Viñetas" de Joan Navarro. Allí podemos encontrar algunas portadas originales con indicaciones de color, alguna viñeta de Purk, curiosidades de los inicios de Gago y alguna que otra sorpresa.

domingo, 19 de abril de 2009

Así dibujaba Manuel Gago:"El Corsario sin rostro"




Portada original coloreada de El Corsario sin Rostro





Manuel Darías
Diario de Avisos 18 de Junio de 2006

Manuel Gago (1925-1980)ha sido uno de los más brillantes y personales historietistas del tebeo clásico español. Fue un dibujante prolífico que, a pesar de la gran cantidad de trabajo diario que, por una u otra causa, se vio en la obligación de afrontar, siempre supo dar un plus de calidad a sus realizaciones debido a sus extraordinarias facultades artísticas, posiblemente sin parangón en la historia de nuestro tebeo realista.

En 1943, después de foguearse con algunas obras menores, crea "El Guerrero del Antifaz", un héroe medieval que le da una notable popularidad y que refreenda luego con series tan afamadas como "El Pequeño Luchador", "Purk, El Hombre de Piedra" y "El Espadachín Enmascarado", entre otras muchas.

En 1959, para su propia editorial Maga, Manuel Gago estrena "El Corsario sin rostro", un serial del género de piratas que presenta en el formato de cuadernillos apaisado, típico de la época. Los primeros números de esta saga aventurera son, en mi opinión, de lo mejorcito que jamás realizó el gran genio de la Escuela Valenciana. La página que ahora presento como muestra de su arte, así lo evidencia. Disfrutemos pues con el inolvidable maestro.
Manuel Darías


En el enlace está a nuestra disposición la ficha que Tebeosfera dedica a esta colección y la galería con todas las portadas:
http://www.tebeosfera.com/obras/publicaciones/galeria/corsario_sin_rostro_el_maga_1959.html
Listado de todos los episodios:

Diverso merchandising editado por EL BOLETÍN

Imán de El Corsario sin Rostro

Llavero de El Corsario sin Rostro

Pins de El corsario sin Rostro

miércoles, 25 de marzo de 2009

El Halcón Trovador 1



A continuación os ofrecemos en dos partes sendos artículos relacionados con esta obra póstuma de Manuel Gago; "El Halcón Trovador". En primer lugar, la presentación del libro que fue editado en 1992 por El Boletín, donde Manuel Gago Quesada, hijo de Manuel Gago García nos revela los pormenores del mismo y denuncia el sometimiento que su padre padeció durante toda su vida profesional tanto en el ámbito censor como en el de la titularidad de sus creaciones.

Mañana completaremos la información referente al "Halcón Trovador" con un excelente artículo de nuestro amigo Manuel López

Ficha técnica:Título: El Halcón Trovador
Guión y dibujos: Manuel Gago Garcia. Las 10 últimas páginas son de su hijo Manuel Gago Quesada.
Edita El Boletín.
Año 1992

El Halcón Trovador
El presente volumen, editado doce años después de que falleciera su autor, es de inestimable valor para todo aficionado a la historieta de los Grandes Maestros del Tebeo Clásico español, principalmente por dos Razones: en primer lugar es una de las escasísimas obras que de Manuel Gago quedaron inéditas, y en segundo término, el autor trabajó a su entero gusto, sin sufrir las trabas de la censura a las que se vio sometida toda su producción, tanto por parte de las autoridades del régimen político anterior competentes en la materia, como de la empresa que tuvo la suerte de editar (y apropiarse) de sus mejores obras; tal empresa, la desaparecida editorial Valenciana, siguió ejerciendo una ridícula e hipócrita acción censora ya en tiempos del llamado estado de derecho que quedó plasmada a lo largo de las “Nuevas aventuras del Guerrero del Antifaz”; en esta serie, desaparecida la censura del sistema político anterior, Manuel Gago quiso ya expresarse libremente a través de sus personajes, lo que tan sólo consiguió parcialmente, debido a las restricciones que el director de la citada empresa le imponía, en aras del catolicismo, moral y rectas actuaciones hipócrita-conservadoras que los personajes”buenos” tenían que seguir exhibiendo.

El Inquisidor es obligado a convertirse en un "falso monje".

El autor quiso humanizar más a sus personajes, restándoles buenas dosis de fanatismo y concediéndoles su derecho a cuestionarse cualquier principio personal, político, social,...Así, vemos aparecer a Ramiro, el nuevo escudero del Guerrero, que, enamorado de la esposa de éste, llega a albergar sentimientos del todo contradictorios; o al mismo Guerrero del Antifaz, al que es fácil suponer unido sentimentalmente a Li Chin, pero sintiéndose atado a la Condesa de Torres y al hijo de ambos, Adolfito. Otro ejemplo de humanización del personajes nos lo muestran sus relaciones con Mohamed Kan, el hijo del peor enemigo que tuvo el Guerrero del Antifaz. También aparecen con claridad las injusticias de los Reyes Católicos, y de muchos señores feudales de la época.
La idea original de Gago y la portada definitiva. El título ha sido cambiado y los símbolos religiosos eliminados.


Pero hay un punto en que el editor le dice al autor;”Basta ya de inmoralidad”, e impone sus virtuosos criterios, cargados de humanidad y catolicidad medievales, y le explica a Manuel Gago que la Santa Inquisición no podía ser una institución malvada, que caballeros feudales de malévolos sentimientos no podían lucir cristianas cruces en sus yelmos, que los Reyes Católicos encarnaban las más tradicionales virtudes y bondades que el ser humano alberga en su alma... y un sin fin de etcéteras, lo que trae como consecuencia que los inquisidores hayan de ser transformarse en falsos inquisidores, por ejemplo en el monje Cicuta, que es malvado porque se hace pasar por inquisidor, suplantando así a tan excelsos y virtuosos personajes. Hay más ejemplos, que el aficionado que siguió las “Nuevas Aventuras del Guerrero del Antifaz”, posiblemente recuerde.

Una escena inequívoca. Lichín y El Guerrero vistiéndose.
El presente volumen de El Halcón Trovador que llega alas manos de los aficionados de la historieta clásica con doce años de retraso, fue concebida por el autor como una serie de fascículos de dieciséis páginas cada uno, en episodios no conclusivos; Manuel Gago tenía intención de publicarlo en la única editorial que é fundo, Ediciones Isval en 1979 (aclaro a quien no sepa que Editorial Maga fue un medio de vida que Manuel Gago proporcionó a sus hermanos, que así pudieron salir muy bien en aquella España difícil de los cincuenta.




































Los cuatro fascículos de “El Halcón Trovador” que el aficionado tiene ahora mismo en sus manos, fueron realizado en el verano de 1980, pocos meses antes de la muerte del autor; están realizados con esmero e ilusión, sin prisas. Manuel Gago era un ser humano de talla excepcional que, ni enfermedades ni las bajezas humanas más ruines podían hacer mella en él; pocos meses antes, en enero de 1980, el autor de “El Guerrero del Antifaz” tuvo que romper un contrato que había firmado con la empresa cinematográfica Globe Films, tras escuchar telefónicamente, por parte de quien dirigía entonces la Editorial Valenciana las siguientes palabras:”Usted no puede firmar ningún contrato con nadie porque el personaje lo tengo registrado yo a mi nombre”. Aún así, Manuel Gago siguió dibujando semanalmente un episodio de dieciséis páginas y portada, durante los escasos doce meses que le quedaban de vida. La retribución de cada episodio era de 27500 pesetas; cantidad con la que se tenía que conformar si quería seguir dibujando las aventuras de su personaje predilecto, ay que éste le había sido sustraído, sin que mediara venta ni contrato alguno, en 1946 por Juan Bautista Puerto Belda, que registró título y dibujo a su nombre.

Los originales de la obra de Manuel Gago fueron hechos desaparecer por los herederos del mencionado individuo, con lo que desapareció la posibilidad de instituir un museo que albergara la extensísima producción de este autor.

En la actualidad, ellos siguen poseyendo el registro legal de los principales personajes creados por Manuel Gago. Los daños causados, primero al autor, y luego a sus herederos legales, por Juan Bautista Puerto y sus herederos son incalculables, e irreparables desde mi punto de vista, pase lo que pase en cuantos pleitos puedan ser entablados contra esto individuos. Aquí se impone aquello de “confiar en la justicia divina”.

Para acabar con esta introducción que no he podido evitar que sea algo extensa, tan sólo me queda informar al lector que la historia quedó inacabada a causa de la muerte de autor, un doloroso 29 de Diciembre de 1980; por ello, el guión y dibujo de las diez últimas páginas los he realizado yo, antes que nada como homenaje a mi padre, y para posibilitar al aficionado el conocimiento de esta obra inédito de Manuel Gago, tan distinta de su producción conocida, absolutamente toda ella sometida a los estragos de los censores, tanto profesionales como aficionados.

Manuel Gago Quesada

sábado, 7 de marzo de 2009

El Cruzado Negro.



Hoy tenemos el privilegio de tener con nosotros a un colaborador excepcional, Manuel López, quien de vez en cuando nos deleitará con unos extraordinarios estudios de algunas de las creaciones de Manuel Gago. Comenzamos con el Cruzado Negro.

Mis tebeos en blanco y negro

Los tebeos son los que hicieron que los sueños nos parecieran reales y la realidad un sueño.

Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid, es un mito español de alcance universal, y tal vez el mayor de todos los héroes guerreros de la historia de España. Hombre de frontera, prototipo del caballero capitán de mesnada de la segunda mitad del siglo XI español, casi desde el mismo momento de su muerte fue objeto de glosa histórica y literaria. Acción, historia y aventura se daban cita como un torbellino en esas páginas inolvidables. Porque a nosotros nos llamaba la atención todo lo que era épico, los héroes. Los grandes héroes míticos de la historia, nosotros nos identificábamos con eso. Es quizá por ello que el medievo ha ocupado un lugar en nuestra imaginación y continua ejerciendo una fascinación sobre todos aquellos que entramos en su esfera de influencia.
La Edad Media... aaahh, los castillos, los caballeros valerosos, las delicadas damas raptadas… Durante la edad media, la credulidad y la falta de sentido crítico eran el mejor alimento para que el error, las fábulas, las leyendas y la superstición crecieran y se multiplicaran. Relatos de viajes marítimos certificaban la existencia de islas míticas, razas monstruosas y animales maravillosos.
Mucha de toda la fantasía e irracionalidad que pueden encontrarse en el imaginario de la época encontró en la historieta un soporte insustituible. La gran difusión del tebeo y el enorme éxito que tuvieron éstos, no hicieron más que aumentar la curiosidad y el interés del lector por el medievo. Leíamos todo lo que éramos capaces de leer y vivíamos, sin saberlo, el tiempo de la formación personal y humana en medio de una época que exigía y daba muy poco.
Creo que en mi caso (como en el de otros amigos comunes) iniciarse en la lectura de la historieta en las décadas de los 40/50, no solamente en la misma atmósfera del país de entonces, sino en las mismas publicaciones desde donde nos empezábamos a asomar al mundo mientras jugábamos, junto al cine, supusieron la principal fuente de distracción. Recibimos con su lectura una incalculable cantidad de mensajes directos e indirectos que forzosamente han influido en nuestra visión del mundo y de la sociedad, no en vano los tebeos representaron en esos años el factor cultural y artístico más considerable de la vida en el estado español (Cirici). Los tebeos forman parte del bagaje mental y emocional de mi generación.
La lectura de aquellos tebeos tenía que ver con lo prodigioso y lo sorprendente, lo banal y lo cotidiano. Leer era así, para nosotros los niños de posguerra, como cruzar ese Arco de los Leales Amadores descrito en el Amadís de Gaula, y alcanzar a través de él una realidad más verdadera que la que nos rodeaba.
Los héroes en la historieta postbélica, se pueden definir como un arquetipo de excelencia, ya que el héroe muestra sus esfuerzos y sufrimientos para superarse durante sus hazañas. La identificación entre hombre y héroe en el tebeo en el franquismo, arrastra mucho del ideal caballeresco medieval y que se corresponde perfectamente la idea del prestigio individual y el deseo por inmortalizarse a través de algún hecho inusual y lleno de riesgos.
No puede decirse que dentro de la historieta ambientadas en el medievo hayan tocado el tema de las cruzadas, así a bote pronto me viene a la memoria El Caballero de las tres Cruces y la colección que ha motivado estas líneas

El Cruzado Negro



Ficha técnica
El Cruzado Negro - 1961
Editorial: Maga 56 ejem-plares
Formato: 17 x 24 cm.
Dibujante: Manuel Gago
Guionista: Manuel Gago

Epoca: Entre los años 1174 y 1185
Protagonista: Bernardo, el Cruzado Negro (Palestino)
Personajes históricos: Amalrico I (1135-1174), rey de Jerusalén (1162-1174)
Balduino IV el Leproso (1160-1185), rey de Jerusalén (1174-1185)
Saladino (1138-1193), sultán de Egipto y Siria (1171-1193)

Lo que dice la leyenda
Aquel de quien ahora vamos a hablar ha sido olvidado por la historia; son raros los libros en los que se puede leer algo de su vida ejemplar.
Se llamaba Balduino. Tenía trece años cuando su padre murió, el poderoso Amaury o Amalrico, rey de Jerusalén, que tanto y tan valientemente había luchado contra los infieles, y llevado hasta Egipto la ofensiva de las armas francas. Era un hermoso niño, extraordinariamente bien dotado; guapo de rostro y de cuerpo, pronto y abierto, tan hábil en los ejercicios físicos como aplicado en los de la inteligencia. Su espíritu era vivo, su memoria excelente y, desde su más tierna edad, había comprendido cuán útil es a un príncipe estar bien cultivado. Al mismo tiempo, era un caballero perfecto, tanto montando sin silla un pequeño y fogoso caballo árabe como entendiéndoselas con un pesado corcel de Boulogne, con armadura de hierro; tan experto en la caza al halcón como en el nadar en las aguas del lago Tiberiades. Verdaderamente un muchacho magnífico.
Balduino IV, rey de trece años, no iba a tardar en saber que estaba leproso. La Santa Providencia lo había colocado a la cabeza del reino de Palestina. ¿No debía él, pues, cumplir hasta el fin con su deber de rey? Así su vida, aunque fuera una agonía, sería una agonía coronada, una agonía a caballo, frente al enemigo. Viviendo él, el infiel no se apoderaría de Jerusalén; el musulmán no hollaría el Santo Sepulcro.




Frente a ellos se había alzado un enemigo poderoso, el sultán Saladino; dueño de Egipto, conduciendo sus tropas victoriosas desde el Mediterráneo hasta Mesopotamia, acababa de redondear la unidad del mundo musulmán y no ocultaba su intención de completar sus Estados apoderándose de Tierra Santa. Pero Balduino, el niño leproso, era un verdadero descendiente de los cruzados, y Saladino no le causaba temor.



En el otoño de 1177, el sultán atacó con una rapidez terrible, dispersando las primeras tropas francas que encontró, haciendo prisionero a todo el cuerpo de reserva que los barones cristianos acababan de reclutar, y recorrió Palestina como si fuera su propia casa. Con toda la fuerza que pudo reunir, Balduino se encerró en una ciudadela y se preparó para contraatacar. El 27 de noviembre, Saladino, que estaba persuadido de que el pequeño leproso y su puñado de hombres serían incapaces de hacerle frente, se halló de improviso en un desfiladero que los cruzados llamaban Montgisard, ante una tropa resuelta con la que no contaba.




Fue una admirable victoria, una victoria que merecería ser tan célebre como lo fue la de Bouvines... En cabeza de sus caballeros, Balduino, el rey leproso, había conducido las fuerzas, carga sobre carga. Vio salir huyendo ante él a Saladino. Tenía entonces diecisiete años.
En el mes de agosto de 1184, se supo en Jerusalén que el sultán estaba atacando el fuerte del Moab, la ciudadela cristiana que defendía el paso del Mar Muerto. Creyendo a Balduino en la agonía, el Turco juzgaba la ocasión propicia. Esto era
conocer mal al pequeño héroe cristiano. ¡Una orden!: "¡Que me coloquen en una litera llevada por dos caballos! ¡Que me conduzcan en medio de mis tropas! ¡Con la ayuda de Cristo, iremos a libertar la fortaleza del ataque de los infieles!". Y le vieron llegar, efectivamente, al campo de batalla, tendido en la litera, completamente ciego, joven y sublime rey, y una vez más, Saladino abandonó el campo, huyó...
Ésta fue la última hazaña de Balduino IV, el rey leproso. El 16 de marzo de 1185, murió. Le sepultaron cerca de la cima del Gólgota, no lejos del Santo Sepulcro.



El Cruzado Negro
Este es el marco histórico donde se desarrollan las aventuras de nuestro héroe: Bernardo, el Cruzado Negro. Manuel Gago se inspiró, sin duda, en lo anteriormente citado para iniciar la colección del Cruzado Negro, posteriormente el guión se irá alejando de la trama histórica e incluso encontraremos cierta similitud con El Paladín Audaz (1957). Su hermano, que de niño fue raptado por la morisma, es un destacado guerrero a las ordenes de Saladino.
En el Cruzado Negro se nos presenta a los musulmanes de Saladino como sanguinarios profanadores de iglesias, brutales con las mujeres y niños etc. y al mismo Saladino como un ser ruin y cobarde, que se ampara en la superioridad númerica de sus tropas.



Saladino: lo que nos dice la historia
Este soberano, de amplia inteligencia, era un fiel musline que en el campo de batalla leía El Corán, observaba los ayunos y llevaba un vestido de tosca lana. No conocía fin más alto que expulsar a los infieles de las costas sirias.
La situación, ya entonces desesperada, de los cristianos se deterioró aún más por las disensiones intestinas que surgieron en Tierra Santa a la muerte de Amairico, rey de Jerusalén, en 1173. El hijo de éste, Baldovino IV, que tenía trece años de edad y a quien carcomía la lepra, no podía gobernar ni dirigir una guerra. Pasemos por alto las disputas por el poder, la muerte prematura del rey leproso, la
tregua rota y, por último la guerra Santa que culminaría con la derrota de Hittin, no lejos del lago de Genezaret, en la que el rey quedó preso, los templarios y sanjuanistas en manos del enemigo siendo ejecutados y la caída de la Santa Cruz en poder de los infieles, Jerusalén fue reconquistada por los mahometanos y el Templo se convirtió de nuevo en mezquita.
Saladino era un hombre de honor y si no trataba con vencidos crueles o felones, era generoso. Era austero, de carácter humilde, sensible al dolor lo que lo hacía ser muy prudente en el derramamiento de sangre. Al hacerse cargo del califato (1171), Saladino era un hombre bello, sobre la treintena de años, guerrero prudente y tenaz y también un magnífico conductor caballeresco y cortés: en el curso de los combates se lo ha visto hasta hacerle llevar helados y caballos frescos a los caballeros cristianos para permitir luego reiniciar la lucha.
Su magnanimidad quedó demostrada cuando tomó Jerusalén en 1187, contrastando con la gran masacre ocasionada por los cruzados cuando la tomaron 88 años antes.
Manuel Gago y El Cruzado Negro
No era la intención de Gago impartir lecciones de historia en las aventuras del cruzado y de haberlo intentado, posiblemente estos tebeos no hubieran visto la luz. La verdadera historia de las cruzadas no cuadraba con lo que se nos decía en la escuela ni en las almibaradas películas de Hollywood.
¿Podía Gago decirnos… Que Las Cruzadas fueron un fenómeno socio-económico y militar basado en creencias religiosas?.
Y limitándonos a los aspectos bélicos, ¿Podía Gago decirnos… que en términos generales puede decirse que la campaña militar en Palestina, que duraría casi dos siglos, fue una serie de desaciertos, de derrotas jalonadas por unas pocas victorias, la mayor de las cuales ocurrió en los comienzos, la toma de Jerusalén en 1099. Varios factores colaboraron para la derrota final en 1291. La pesada caballería cristiana arrollaba todo a su paso, pero pasada la sorpresa y derrota sarracena inicial, Saladino -Salad el-Din Yüsef- supo transformar la virtud en debilidad e hizo estragos con la movilidad de su caballería ligera y sus cuerpos de arqueros que, conociendo la vul-
nerabilidad de un hombre de a pie en el desierto, elegían como blanco a los caballos. Disponía además de mayor cantidad de hombres y cuando pudo aplicó la desgastante guerra de guerrillas. Su táctica bélica incluía el uso de tropas de caballería ligeras armadas con arco y flecha ocasionando así permanentes bajas a las tropas cristianas desde que iniciaban la retirada ventajosa por conocimiento del terreno y por menos peso, antes de que la reacción tuviera eficacia. Sólo cuando tuvo razones firmes para la victoria aceptó el combate formal. Mucho costó, en sangre y vidas a los cruzados aprender las duras lecciones de movilidad que enseñaban los sarracenos. Los sarracenos también eran buenos combatientes que suplían con astucia el coraje desenfrenado de los francos. Distinguir las falsas de las verdaderas
retiradas, reconocer las emboscadas, etc. En una palabra, “la salvaje impetuosidad de los primeros cruzados había desaparecido”. Se puede señalar también un factor comunicacional. Todos los ejércitos musulmanes en operaciones llevaban consigo palomas mensajeras - medio desconocido por los francos en la época- que pertenecían a distintas plazas, que al ser soltadas con un mensaje, volvían a su lugar de origen. A medida que se fue organizando la movilización árabe contra los francos, fueron entrando en funciones servicios regulares de palomas mensajeras entre Damasco, Alepo, El Cairo y otras ciudades, de tal manera que la información rápida de que dispusieron no la tenían los cruzados?.
La censura se cebó en todos los ámbitos de la cultura y muy especialmente en la historieta nacional. El fenómeno más relevante en este período es la superior incidencia sobre los textos de la propia censura ejercida por la editorial; esto es, autocensura. La mayoría de cambios realizados sobre los tebeos venían ya dados antes de que éstos pasara por la Junta de Apreciación y Censura (o equivalente).
Las características del trabajo de Gago en "El Cruzado Negro" no difieren en demasía de las muchas colecciones que dibujará en esos años, sus dibujos, simples bocetos en algunas ocasiones, es
ágil y directo, presenta buen ritmo y una magnífica elección de los encuadres. Estamos ante un dibujante con especial talento para describir secuencias de acción, merced a una capacidad especial
para descomponerlas en imágenes.
Si el mejor calificativo que se puede aplicar a unos dibujos es que sean narrativos. Los de Manuel Gago lo son. También están dotas de una extraordinaria sensación de movimiento. Gago es también un narrador excepcional. Dosifica sus ingredientes para mantener la tensión en todo momento.
En realidad, en El Cruzado Negro no hay nada sorprendente nada que no haya sido contado con anterioridad, pero la perfecta conjugación de los elementos de la planificación con la trama a narrar logran un conjunto valido.
En resumen, El Cruzado Negro proporciona al lector ingredientes suficientes como para mantener un creciente interés.

Apunte final
Jerusalén cayó en manos del Islam el 2 de julio de 1187. No entraría la “Cristiandad” en ella hasta la Gran Guerra, en 1917 (730 años después), cuando el General Allenby derrotó a los turcos en Gaza. Lord Edmund Henry Hynman Allenby, 1st. Viscount, (1861-1936), el último gran líder británico de caballería montada que dirigió las operaciones en la campaña de Palestina de la Iª Gran Guerra.


Manuel López


Podemos deleitarnos con las portadas de esta excelente colección en la correspondiente galería de Mario Martínez Montesinos :
http://picasaweb.google.es/1953carasucia/CruzadoNegroEl#




Aquí está la relación de títulos de la serie:
http://humano.ya.com/nimso/MGAGO/cruzado.htm


También existe merchandising relacionado con el personaje editado por EL BOLETÍN










Este mismo artículo puede leerse en el blog ALLERASTUR:
http://allerastur.blogspot.com/2009/03/el-cruzado-negro-manuel-gago-por-mamuel.html



domingo, 22 de febrero de 2009

La Guerra de la Independencia, por Manuel Gago

Artículo de Jesús María Maroto

¡Venganza y guerra!

En sus primeros años como dibujante de historietas, concretamente en 1943, Manuel Gago, el creador del Guerrero del Antifaz hizo su primera versión particular de la Guerra de la Independencia en un cuaderno a 31x21 el mismo tamaño de la editorial Hispanoamericana titulado ¡Venganza y Guerra!. Este cuaderno se trata de un relato publicado en una serie de Grandes Aventuras donde se incluían guiones de películas conocidas. El cuaderno trata en sus 16 páginas de los acontecimientos del 2 de mayo apareciendo los conocidos héroes Daoiz, Velarde, el teniente Ruiz y los personajes populares de la familia Malasaña. En el dibujo los aficionados al tebeo reconocerán el mismo trazo, en cierto modo rudimentario, que caracterizaba los primeros cuadernos del Guerrero del Antifaz. La historia termina con la muerte de los protagonistas fusilados en la misma composición que el cuadro de Goya.

El Guerrillero audaz

Gago volvió a tomar el tema de la Guerra de la Independencia en una serie de cuadernos a 17x24 titulada el Guerrillero Audaz. La serie publicada en 1962 tuvo una vida muy corta ya que se redujo solamente a 26 números. Se desconoce las razones de que esta serie fuera tan reducida en un creador tan prolífico que había llegado a 668 ejemplares con la primera serie del Guerrero del Antifaz, 230 con el Pequeño Luchador, 252 el Espadachín Enmascarado, 210 Purk el hombre de piedra.. Posiblemente la fórmula que había dado el éxito en otro tipo de aventuras no funcionó adecuadamente cuando los héroes de Gago debían luchar contra enemigos distintos de los pieles rojas, musulmanes o tribus prehistóricas.

Portada original

El planteamiento del Guerrillero Audaz es similar al de otras historietas de Gago. El protagonista, Diego es el hijo de un agricultor acomodado de un pueblo cerca de Madrid, que se ve inmediatamente involucrado en el inicio de la guerra, participando en el Dos de Mayo e inmediatamente debe lanzarse a la lucha por venganza, ya que los franceses han fusilado a su padre. Posteriormente hay una serie de persecuciones continuas en las que el héroe es acosado por un rival de nivel intermedio, el capitán Dunoy y cuando éste es eliminado por Diego le sustituye el general Lacastre - en ocasiones parece que ha sido degradado porque figura como coronel, lapsus debido a la necesidad de Gago de dibujar demasiadas series a la vez - tan cruel como el anterior.

Página original
Parte de la acción - tres cuadernos de la serie - tiene lugar en el sitio de Zaragoza donde el Guerrillero Audaz interviene en ayuda de los defensores. La serie acaba con el levantamiento del sitio después de la batalla de Bailén, como si la guerra terminara con este episodio, de forma parecida a los comentados antes. A diferencia de otros tebeos el creador vierte en esta serie las mismas constantes que aparecen en otras suyas: revanchismo, violencia, crueldad, rebeldía, que tanto efecto producían en el consumidor infantil o adulto de esos años.
La aproximación histórica efectuada por Gago, además guionista de la serie, es algo más fiel que las otras; se dibujan una serie de viñetas del Dos de Mayo, aparece Murat, como una especie de gorila cruel y que además llega a tener un duelo a espada con Diego, así como el general Lefevre sitiando Zaragoza al que nuestro héroe deja atado y burlado en una ocasión. La serie sube el tono de violencia notablemente ya que los franceses aparecen como sádicos asesinos que fusilan y matan casi por el simple placer de hacerlo. El Guerrillero Audaz tampoco actúa con generosidad, tanto él como su partida actúan “desinfectando” el país de los invasores franceses llamados aquí en varias ocasiones “franchutes” en vez de “gabachos”. El personaje no se puede apoyar como en el caso del Guerrero del Antifaz en el trípode ideológico de raza, religión y patria sino en todo caso en el último de ellos. El uso de la patria es más frecuente, menos confuso y más sencillo que en otras historietas, si bien en algún momento, se reprocha a la clase aristocrática su traición. Aunque se habla de invasión francesa y defensa de España, el deseo de venganza es el principal motivo que mueve a la lucha al protagonista que continuamente encuentra motivos para querer vengar las atrocidades cometidas. Incluso, el mismo, es azotado por los soldados del general Lacastre en la fuente de un pueblo. Más suave en el tema de la crueldad que el Guerrero del Antifaz, se trata de una lucha del bien contra el mal y de afrentas que deben lavarse con la muerte de un francés, cuando esta se ha cumplido, surge una nueva acción, la quema de un pueblo por ejemplo, que es preciso vengar con extrema violencia y así habría seguido si la aventura se hubiese prolongado más allá del número 26. No obstante esta serie a pesar de referencias históricas más numerosas, no deja de ser un tebeo de difusión muy popular sin ninguna pretensión artística, para que sea fácilmente asimilable por público infantil con bajo su nivel cultural. Se podrían incluir aquí los mismos comentarios que otros expertos han efectuados sobre otras obras de Manuel Gago: la gran cantidad de violencia que emanan sus dibujos era una válvula de escape para un lector que vivía con una especie de rabia solapada y que la lectura del comic satisfacía, sin que transcendiese mucho más allá de una realidad desagradable.Es destacar que en contraste con el Guerrero del Antifaz, el protagonista pertenece al campesinado acomodado - en varias viñetas se le llama amo Diego - y no a la clase aristocrática a la que Gago considera vendida al invasor. Lo mismo que otros modelos, Diego se hace acompañar por un forzudo gorila y un muchacho rubio además de un bandolero redimido por su patriotismo. A diferencia de Freixas como ilustrador, Gago es historietista nato. El dibujo de Gago en esta serie es dinámico dando importancia al movimiento y la figura dejando los fondos con grandes trazos a la imaginación del lector. No obstante, las figuras son en ocasiones confusas y descuidadas en los detalles, pero eso funciona, y además es eficaz para un público poco sensibilizado por las formas conseguidas o bien acabadas. Solo se trataba de dar al consumidor acción con un poco de situación ambiental y esto se cumple. La similitud de indumentarias y fisonomías es otra de las características de los dibujos efectuados con demasiada prisa, debido a la necesidad de publicar historietas para poder subsistir por parte del dibujante. En algunos dibujos se puede apreciar una cierta sensibilidad por el encuadre y la planificación, pero sin que se llegue a consolidar una estilística acabada debido a la urgencia de sacar el trabajo al mercado. No en balde, el hijo de Gago ha confesado que su padre viajaba mucho y que gran parte de su producción se hacía de hotel en hotel y a veces sin dormir.
Jesus Maroto
El artículo que acabamos de leer es solamente una parte de otro mucho más extenso en el que Jesús Maroto analiza varios títulos de la misma temática, la Guerra de la Independencia, realizados por diversos autores en diferentes épocas. Aquí en Voto a bríos, hemos extraido la parte concerniente a Manuel Gago, aunque puede leerse completo aquí:
y también aquí en formato pdf:
Yno podía faltar la visita a las portadas de esta colección, cortesía de Mario Martínez Montesinos:

domingo, 8 de febrero de 2009

Manuel Gago en la revista Flecha Roja 1

Hace tiempo rendimos cuentas con respecto a la colaboración de Manuel Gago en la revista Pantera Negra: http://corsariosinrostro.blogspot.com/2008/10/manuel-gago-en-la-revista-pantera-negra.html

Revista Flecha Roja
Hoy analizaremos su trabajo en la otra revista paralela de Maga, Flecha Roja. En este enlace accederemos a una completa ficha de dicha publicación:
http://www.tebeosfera.com/obras/publicaciones/flecha_roja_maga_1964_-revista-.html además de la ya tradicional visita a las galerias de Mario Martínez Montesinos (pinchad la siguiente ilustración):
Vida y costumbres de los indios

Publicado en las contraportadas de los primeros 45 ejemplares de la revista a todo color, es una colección de 180 cromos a razón de 4 cromos en cada página. Se prometió en varias ocasiones la edición de un album para colocar los cromos, pero, que yo sepa, nunca vio la luz.


Estas planchas parecen coloreadas al pastel (si un experto me corrige, yo encantado) quizás por el Mismo Manuel Gago, quien ya utulizó tal técnica en las portadas de la colección El Libertador de Garga en 1950.

El libertador (1950)