Tengo que comunicaros que Manuel López Porras, habitual colaborador de este blog, falleció el pasado 2 de enero de 2016, con 75 años de edad.
Desde que se generalizó el uso de internet, se abrió una ventana al mundo desde cada uno de nuestros hogares, circunstancia que facilitó el nacimiento de un nuevo tipo de relación entre las personas a la que denominaremos "relación virtual". Personas procedentes de distintas localizaciones geográficas pueden llegar con el tiempo a entablar una gran amistad sin haber llegado a conocerse nunca "in situ".
Este es el caso de Manuel López Porras y un servidor. A ambos nos unía el amor por los tebeos. Manuel un buen día descubrió este blog y no dudó en contactar conmigo. Desde ese momento entablamos una relación de amistad que ha durado hasta su fallecimiento. Ya hacia bastantes meses que no tenía noticias suyas ni respondía a los emails. Yo no sospechaba para nada del motivo de esta ausencia, puesto que no me había referido que estuviese enfermo.
Con bastante retraso debido a que no me enteré de la fatal circunstancia hasta ayer mismo, sirvan estas palabras y esta entrada del blog como homenaje a mi amigo Manuel López Porras.
Vaya desde aquí un abrazo para su familia.
Os dejo un enlace a sus magníficos artículos:
http://corsariosinrostro.blogspot.com.es/2010/06/los-estudios-de-manuel-lopez.html
Descanse en paz.
ResponderEliminarLo siento, Corsario.
ResponderEliminarDescanse en paz.
¡Vaya por Dios...! ¡Cuánto lo lamento! No tenía noticia alguna de él desde hace ya más de un año, cuando me envió varios escritos suyos (todos publicados antes en este blog) para su divulgación en 'Gibralfaro', y, mucho menos, de que se encontrase enfermo. Con él se nos va un referente del mundo del tebeo. López Porras amaba el tebeo y conocía de primera mano el contexto socio-político en que se desarrolló esta incomprendida forma de arte. Adiós, amigo Manolo. Hasta luego.
ResponderEliminarTarde me sumo, pero con los mejores deseos para su familia y cuando nos toque seguro que podremos retomar nuestra relación en el lugar exacto en que la dejamos. Un lujazo contar con sus aportes y sobre todo con su buen hacer. Hasta nuestro feliz reencuentro.
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