Montana
Guión: Jarber
Dibujos Manuel López Blanco
Editorial Rollan 25 Cuadernillos
Ver ficha completa en Tebeosfera.
Artículo escrito por Manuel López.
Las "Novelas del Oeste, el Western", ofrecían en tiempos difíciles y ciertamente incomprensibles, unos planteamientos sociales muy simples, con esquemas de buenos y malos. La necesidad de escapismo social encauzó los gustos literarios de los hombres hacia el consumo del género western, que también afectaría a la historieta.
Pero como bien dice JORGE LUIS BORGES en su ensayo sobre la literatura norteamericana, este tipo de literatura tiene su origen en las novelas baratas de la segunda mitad del siglo XIX. El entorno histórico del Western se sitúa originalmente en aquellos tiempos en que los colonos blancos del este de los Estados Unidos se abrían paso hacia un Oeste inexplorado donde los indios hacían peligrar su vida en estas tierras desconocidas. También esta el asunto de sobrevivir y salir adelante en una naturaleza hostil y la aparición de diversos forajidos, o incluso algunos grupos como los mormones, en algunos pequeños pueblos de estas zonas.
En la historieta de vaqueros se detecta frecuentemente una sublimación de la violencia, habitual en la narrativa y en el cine de entonces y de ahora. También pone de manifiesto una sociedad paternalista y autoritaria que sustentaba todo el peso de la acción en un personaje de gran fortaleza física, no exento de cierta rudeza y muy estereotipado. Además éste vaquero siempre estaba en posesión de la verdad, un valor incontrovertible que tenía que defender hasta la muerte por lo que siempre salía victorioso de sus empeños. En este esquema se inscriben los tebeos de la época.
Pero en Montana sus aventuras, están salpicadas de un humor sutilmente desmitificador, de personajes secundarios retratados con un agudo y risueño sentido del humor, y excelentemente dibujada, componen una de las series más entretenidas de nuestra historieta.
Montana, como la de otras colecciones compañeras de generación se inscribe en un clima comercial, donde los malos son malísimos y los héroes rayan lo sublime, eso sí, como ya hemos dicho, con una importante carga de humor. Montana, por supuesto, cobra su verdadera dimensión en el dibujo de López Blanco. A la efectividad del dibujo hay que añadir la de la planificación de las páginas, que confiere el ritmo adecuado a la narración, y la elección de los planos que proporciona fuerza a la misma. Espectacularidad y vigor definen sin duda su quehacer gráfico.
En Montana, desde los primeros números tenemos sentadas las bases, todos sabemos en qué terreno nos vamos a mover, con qué clase de personajes tratamos, y, lo más importante, pese a todo esto, la narración nos tiene lo suficientemente atrapados. Y no hay lugar para mayores indagaciones; Montana es, en su conjunto, un mero vehículo de entretenimiento, tan vacuo como eficaz, y sería estúpido abordar sesudos análisis intentando descubrir complejas intenciones; no las tiene.
Decepciona comprobar como un marco argumental tan fértil como el Lejano Oeste acabó siendo desaprovechado. Con toda la capacidad para el suspense y la aventura que supone adentrarse en tierras desconocidas.
Con ese variado crisol de motivaciones y ambiciones que explican el abandono de lo civilizado para adentrarse en un mundo lejano y salvaje;
Un espacio en el que convergieron, como nunca antes lo habían hecho, personas de las más diversas razas, culturas y estratos sociales….
Pero estábamos en la década de los 60, los de la primera crisis. Después del apogeo de la historieta autóctona en nuestro país en las dos décadas anteriores y del "boom" de los últimos cuatro o cinco años, los ‘60 marcan, indudablemente, su primer síntoma de decadencia. Entre otras cosas, esto se debe a la llegada en forma masiva de los tebeos de superhéroes. Otro de los factores desencadenantes de esta crisis es la creación de la televisión que no dejaba tiempo para nada más. Un tercer factor de decadencia fue el recrudecimiento de la censura y la partida a Europa de los mejores dibujantes que habían llegado al medio la década anterior, convocados por editoriales italianas, francesas e inglesas, con mayores oportunidades y mucho mejor pago.
En un ensamblaje tan raquítico como el de la actual edición de tebeos en este país, que exista las reediciones de esos entrañables tebeos, es una prueba de que el cariño y el trabajo que algunos creadores y estudiosos le dedican al medio es bastante superior a lo que sería de esperar viendo la respuesta que suele tener el aficionado con respecto a ellas.
Esto me hizo pensar sobre la caducidad de los personajes de la historieta. Algunos de ellos son intemporales, sus autores los han sabido adaptar a los tiempos que corren, pero otros... Otros solo eran "hijos de su tiempo", reflejos de época pasadas, sin posibilidad de redención.
¿Es posible hoy en día encontrarse con un tebeo como aquellos en lo que vivimos el "casto romance" que vivían El Capitán Trueno y Sigrid?.
En definitiva, personajes de una época social e ideológicamente muy distinta a la actual.
Aunque hay que decir que Montana, de la misma quinta que otros muchos, ha llevado sus canas con mucha dignidad. En definitiva, hay personajes que lo mejor que pudieron hacer en su día fue protagonizar su ultima historia. Pero nunca olvidemos que esos "Héroes Perdidos" deberían de ser considerados históricamente tan valiosos como cualquier otro documento de su época.
Muy bueno Manuel. Como todos tus aportes.
ResponderEliminarSaludos.
Jesús, Manuel nos deleita y enseña con cada uno de los estudios que nos ofrece.
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