Hace unos días, Francisco Miranda nos ofreció una visión crítica del libro "Los cómics del franquismo", donde Vázquez de Parga había fusilado sin piedad a la colección del Guerrero del Antifaz tildándola de propaganda fascista y mostrado una versión muy negativista del héroe protagonista, acusando por otro lado al serial de culebrón, de lectura plúmbea y agotadora.
Es evidente que al señor Vázquez de Parga (qepd) no le gustaba mucho el héroe enmascarado, pero la objetividad de su estudio brilla por su ausencia. Desgraciadamente, no fue la única vez que este autor, aprovechara cualquier ocasión que se le presentara para denostar la creación de Manuel Gago. En la revista Viñetas nº3, editada en 1994, donde presuntamente se le iba a rendir homenaje al Guerrero del Antifaz en su 50º aniversario, Vázquez de Parga le dedicó un artículo titulado "Héroe de folletín" en el que volvió a ser tremendamente injusto con el personaje, como era su costumbre. En su momento, el citado artículo tuvo sus correspondientes réplicas por parte de entendidos en la materia como Francisco Tadeo y otros estudiosos del medio. El artículo que vamos a leer a continuación, sospecho que tiene también cierto aire de contestación al escrito de Vázquez de Parga, aunque no se haga ninguna referencia explícita al mismo. Manuel López nos enseña, de manera amena y por qué no, didáctica, las características inherentes a los denominados folletines. Muchas de tales características efectivamente, podrían aplicarse a la colección que nos ocupa como valores positivos, además de los innumerables logros que se advierten en la lectura de la misma.
¿El Guerrero del Antifaz
Culebrón?
¿El Guerrero
del Antifaz culebrón? Sí, pero………
Ya está, ya he
mencionado la palabra Culebrón. (Folletín). Sería relativamente fácil hacer un
análisis del Guerrero del Antifaz desde ese punto de vista ya que el propio
Manuel Gago debería admitir la evidente influencia de tal género, pero la
verdad es que tendríamos una aproximación demasiado sencilla. Y por otro lado,
me resisto a poner en le mismo saco a los culebrones sudamericanos o a Dallas y
El Guerrero del Antifaz, por ejemplo. Y no es solo cuestión de la diferencia de
calidad entre ellos: el medio y las circunstancias en las que surgen son
absolutamente diferentes también.
Las únicas
coincidencias serian:
Ø
La presencia de unos personajes más o menos
entrañables con la capacidad de calar pronto en el lector/espectador.
Ø
Una historia que lleva a dichos personajes a una
situación limite.
Una técnica narrativa basada
en el mencionado uso del "suspense".
Ø
Un argumento ramificado en función de los personajes
principales.
Ø
Su emisión/publicación de forma serializada (diaria,
semanal, mensual, etc.)
¿Son estos
aspectos lo que definen un culebrón o folletín? Si esto es así, culebrones son
también El Fugitivo, la saga de Star Wars, los X-men, El Capitán Trueno, o El
Jabato y creemos que a poca gente se le ocurriría agrupar a estos trabajos bajo
la misma etiqueta. Otros dirán que lo que hay en éstos son rasgos
"folletinescos", pero resulta que tales rasgos ya aparecían en la
literatura bastante antes del siglo XIX, el siglo folletinesco por excelencia.
Por lo que quizá deberíamos pensar, que lo que se encuentra en El Guerrero del
Antifaz son los elementos que desde siempre en cualquier medio y género han
hecho una historia medianamente interesante.
El Pirata Negro. |
La relación
entre el lector y la historia en El Guerrero del Antifaz tiende a ser mucho más
estrecha que en otros cómics. Es muy difícil observar a los personajes a través
de una lectura fría y distanciada ya que muy pronto se convierten en algo
nuestro gracias a la extraordinaria habilidad para la caracterización que
demuestra el autor. Creemos que pocas veces se puede encontrar tal
compenetración entre dibujo y guión en lo que se refiere a descripción de
caracteres. Lo que para otros autores serian paginas y paginas de explicaciones,
Manuel Gago lo solventa en poquísimas viñetas, y como para muestra un botón,
pensemos en la introducción del Pirata Negro,
Don Luis, El
Halcón Negro o La Mujer
Pirata, entre muchísimos otros; poco más de unas frases y
la magia tiene lugar: son parte de la familia y les conocemos mejor que nadie.
En un cómic con tal playade de personajes, esa economía es ciertamente de
agradecer. Ciertamente, el riesgo inherente a esto es
que los personajes
se conviertan en
arquetipos, sin ninguna capacidad de evolución, pero en el Guerrero,
lejos de tal defecto tradicional en los folletines, todos los caracteres se
mueven al ritmo de la historia, y en lugar de dejarse llevar por ella, en
muchos casos la determinan. Un ejemplo evidente sería la dualidad presente en
personajes como El Pirata Negro.
El relato no es
que nos presente nada que no hayamos leído o visto muchas otras veces, la
verdadera aportación que nos presenta El Guerrero del Antifaz está en el
tratamiento de los personajes secundarios que se revisten de tal personalidad
que en muchas ocasiones eclipsan la del personaje principal, aparte de un
argumento muy bien llevado a través de un montaje memorable. En efecto, hay que
destacar el admirable encadenamiento de las escenas al contrario de otras
muchas historietas que muestran un estatismo exasperante.
Todo ello
apoyado por un dibujo sencillo y funcional, pero siempre cumplidor. Los decorados sencillos y aún en ocasiones
inexistentes, pues, como ya se ha repetido hasta la saciedad, la importancia
está en los personajes, sin que ninguno de los cuales presente posturas
forzadas, ni caen ni desafían las leyes de la gravedad.
En resumen, El
Guerrero del Antifaz es una historieta que no se debería dejar de leer, cuyo
único defecto sería el riesgo inherente a todas las historias serializadas (y
de hecho sucedió en alguna ocasión), de perderse en el marasmo de las
diferentes tramas abiertas por los muchos personajes que transcurren por ella.
De todos modos, Gago supo salir adelante con todas ellas.
Quizá, tras lo
expuesto, al hablar de El Guerrero del Antifaz, deberíamos, al referirnos a su
contenido, de que indudablemente contiene rasgos folletinescos pero… ¿podemos
considerarlo un folletín?
Manuel López
Pd. Para tener una idea aproximada de lo que realmente significa la palabra folletín, nada mejor que acercarnos a una mesa redonda celebrada en 1984 con el título "El folletín por entregas y el serial" en el que intervinieron una serie de personalidades del mundo de la literatura, entre ellos el propio Parga.Fueron estos los intervinientes:
JoaquínMarco, Mario Vargas Llosa, Manuel Puig, Luis Gasca, Roma Gubern, Fernando Savater, José Enrique Monterde, Juan Cueto, Vicente Molina Foix, Augusto Martínez Torres, Paco Ignacio Taibo, Guillevmo Cabrera Infante, Julián Marcos, Javier Coma, Salvador Vázquez de Purga, J.L. Guarner y M. Rotellar.
Estupendo artículo, El guerrero del antifaz es un tebeo que posee algo que muchos otros tebeos no, posee alma y ese alma se transmite a otras almas y se establece una relación con un lector entusiasta que perdura para siempre, o al menos eso me pasó a mi.
ResponderEliminarEs que el autor tenía un alma muy grande. Yo lo digo como hijo más que como aficionado.
EliminarEse ha de ser sin duda el secreto del embrujo que causa su obra, tengo tebeos a cientos, o miles, dibujantes extraordinarios de obras de arte del tebeo, ¿que me produce ese embeleso mágico al contemplar las páginas del guerrero, o de purk, o del pequeño luchador? sin duda el alma que quedó plasmada en tinta china.
EliminarMi sincera admiración como aficionado para la obra de su padre y un afectuoso abrazo como su hijo para ud. Sr. Manuel