Artículo escrito por Manuel Darías
Siempre me han gustado las celebraciones. Festejar de cierta manera alguna efeméride ha constituido una de mis conocidas debilidades. Curiosamente, mis conmemoraciones preferidas han sido los centenarios y los cincuentenarios. Considero que son dos cifras lo suficientemente redondas como para, en el mundo del cómic, recordar a un autor o a un personaje.
Tanto es así que, todos los años, repaso una y otra vez mis catálogos tebeísticos de referencia, es decir, los de Delhom-Navarro y Ortega Anguiano, para preparar una relación de los héroes de papel que han completado cincuenta primaveras desde su aparición, seleccionando exclusivamente los que en su día superaron los veinte números.
De todos estos personajes suelo elegir uno, el que yo considero más representativo, y le hago una página especial como recordatorio de una lejana época, ya desaparecida pero importante para los anales del cómic español.
La antología que yo he elaborado de los tebeos surgidos en el año 1959 es la siguiente: "Claro de Luna", "Bengala", "Don Z", "Piel de Lobo", "Simba Kan", "Jim Huracán", "Hazañas de la Juventud Audaz", "El Corsario sin Rostro", "El Halcón Negro", "El Capitán Hispania", "Davy Roy" y "El Gavilán".
De todas estas series he escogido sin dudarlo "El Corsario sin Rostro", una saga en la que Manuel Gago, a mi juicio, intentó cuidar al máximo su ya depurada profesionalidad, consiguiéndolo con plenitud en los primeros ejemplares para luego, fatalmente, quedar arrollado por la excesiva superproducción a la que siempre estuvo abocado por sus numerosos compromisos editoriales.
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En el siguiente enlace podemos leer otro artículo que Manuel Darías le dedicó a la misma serie: "Así dibujaba Manuel Gago; El Corsario sin rostro"
Original de una portada
Galería de portadas de Mario Martínez Montesinos
Galería de portadas de Silvestre
Puedes comprar una página original de esta colección en esta página web.
CORSARIO, una buena colección.
ResponderEliminarMuy buen artículo sobre el Corsario sin Rostro. Genial Manuel Gago.
ResponderEliminarUna de las mejores creaciones de Gago para Maga; en equilibrio perfecto, resuenan los ecos del folletín (con ese rostro de calavera), del melodrama (la identidad oculta, los amores imposibles) y de la aventura pura del trío -(¡Trueno obliga...!)- protagonista. Historieta honrada, eficaz, con regusto a clásico, para guardar en la memoria.
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